Justo unos días después de recibir la actualización a la versión 4.4.4, pasando por el suspiro de la versión 4.4.3, Google anuncio sus próximas novedades, Android L, Android Wear, Android Auto y Android TV.
Y es precisamente después de esta rápida secuencia de nuevas releases, cuando Google ha decidido plantarse e imponer una política de tolerancia cero a las personalizaciones de su sistema operativo, por lo menos en sus tres hermanos pequeños, Wear, Auto y TV.
Ya hemos hablado en alguna ocasión de los esfuerzos realizados por la marca en romper la fragmentación de versiones. El primer paso fue mejorar su rendimiento, posibilitando que el androide «corra» en terminales con menos recursos.
El siguiente paso lógico sería romper con las personalizaciones, muchos terminales se han quedado obsoletos debido a que no siempre es rentable adaptar un Software a las nuevas versiones liberadas.
Aunque no lo hayan expresado así, el mensaje parece claro, y si somos consecuentes también parece lógico. Aún así, existen ya detractores que se resisten a perder esta libertad de movimiento. ¿Merece la pena el sobre-esfuerzo de mantener esta fragmentación por las personalizaciones? ¿Cuantos terminales tienes en tu casa con los mismos recursos hardware que algunos actualmente en el mercado y que ya se ha quedado obsoleto? ¿A quien beneficia esta fragmentación?